Si se aprobara el proyecto de ley de amnistía, no solo desharía décadas de trabajo para brindar justicia a las víctimas de atrocidades en tiempos de guerra, sino que también representaría un retorno inequívoco al reinado de la impunidad buscada durante mucho tiempo por las poderosas redes de corrupción respaldadas por el ejército, que Estados Unidos invirtió significativos recursos en desmantelar.